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Deluxe en Ultra

Deluxe
Junto a INTERAMA
Martes 30 de septiembre -20 hs
En Ultra – San Martín 678
Ciudad de Buenos Aires
Entrada $10

Este martes 30 de septiembre desde España vuelve uno de los artistas más importantes del indie ibérico. DELUXE, el proyecto del talentoso Xoel Lopez, ya había estado en Buenos Aires en 2005 grabando junto a otros artistas españoles y argentinos en el Proyecto Laboratorio Ñ. En aquella oportunidad se presentó en vivo en el Ciclo Nuevo del Teatro San Martin junto Ivan Ferreyra (Piratas) y Pereza entre otros.
En esta oportunidad llegará presentando su ultimo trabajo Reconstrucción y actuará además en el Festival Pepsi Music este domingo 28.

BIOGRAFIA
por José Maria Rey

No se parece a nadie. Deluxe es el atípico artista que te lo pone difícil. Como los más grandes, es alguien con universo propio. No busques referencias en su música –que las hay, claro-. Porque él es ahora la referencia. El modelo a imitar. Y no sólo entre los nuevos gladiadores indies. El pop oficial es también permeable a sus hallazgos y a su encanto personal -la lista de amistades famosas que atesora es más que elocuente -. Deluxe es hoy referencia obligada. Por su música, si, pero, más curioso, también por su estrategia. No sé si él lo sabe pero en los corrillos musiqueros todo el mundo envidia su pasmosa habilidad para saltar del trampolín indie al circuito ¿profesional? sin perder un ápice de lo más cotizado: credibilidad.
¿Cómo lo ha hecho? Con una férrea dosis de riesgo, control de cada paso, estajanovismo y talento. Una fórmula inusual en un país de talentos vacuos y músicos fiesteros dados a la autocomplacencia. En apenas 6 años ha pasado de pionero anónimo a portavoz involuntario de esa nueva generación que, como su inteligente público, Guapos y Pobres, ilustra el signo de los tiempos de una sociedad precaria..
Llegó a Madrid con la década. Con su espigada figura, esa desgarbada elegancia que delata su ascendencia mod -Bueno, en cuanto a sus añejas chaquetas habría algo que decir.- y un puñado de canciones que inauguraban lo que algunos definimos como La Revolución de Los Colores. Su primer álbum albergaba Looking Through The Hole , la conjunción perfecta de Chemical Brothers y el Revolver de los Beatles. Psicodelia, burbujas y sitares entre citas a los Smiths y lirismo taciturno camuflado luego de énfasis soul y chispeante electrónica para su segundo, If Things Were To go Wrong - definitivamente, los títulos no son lo suyo-. Ya lo he contado: describir el impacto inicial de aquel tremendo Que No es misión inútil. Algunos se rieron cuando cité a Juan y Junior y Primal Scream al estrenarla en Radio 3 pero Xoel sabía de que hablaba.
Era el momento. La industria aún vendía discos y Que No se convirtió en el himno imprevisto del verano. Fue el artista 2003. Un sueño. Vendió cerca de 30.000 copias, cifras impensables hoy y la canción se aupó al número 130 entre las 200 mas votadas de la historia del pop español. Era el nuevo gurú de la modernidad, coronado en los más prestigiosos festivales, Benicassim etc. Había nacido la nueva estrella indie de los 2000.
En pleno subidón, Xoel tuvo la osadía de fraguar el reto. El desmarque. Y cuando el mundo esperaba otro arrebato de pirotecnia, él optó por el suicidio aparente de cantar en castellano desertando de los chip digitales para iniciar el camino en el que hoy viaja. Un concepto inédito y elástico capaz de arropar la enciclopedia musical y emocional que bulle dentro.
De nuevo por delante. Los jóvenes, venía a ser la versión española -por fín- de los ritmos y fantasías foráneas que nos apasionaban y que nadie por aquí imaginaba siquiera. Además, estrenaba formato: el de un nuevo diseño de disco de autor. Era un álbum de transición. Un audaz salto al vacío que descubría finalmente al personaje. Un Deluxe tal vez sobreactuado -demasiada niebla interior- entre oscuras reflexiones como Cientos de Mentiras que delatan el efecto mediático del 11 M . Visto hoy queda como un notable ejercicio de aprendizaje poético. Pero bajo sus altibajos se intuía ese fascinante universo cuya plenitud explota en esa bestialidad de disco que es Fin de un viaje infinito.
Por fin Deluxe en estado puro. Un genio con visión propia. Con esa voz ya inconfundible de cuchillo y terciopelo y una música que crece como Arcade Fire (Réquiem); que integra sin querer a Nino Bravo, Otis Redding , Al Green, Aute, Leonard Cohen, Bowie, glam o Phil Spector pasado por Raveonettes. Eso y mil cosas más en un universo proteico, sin parecido alguno, lleno de entusiasmo y estribillos. De canciones inceibles y, lo mejor: sinceras. Con esa maravillosa sensación de saber que te habla de sentimientos reales, de vivencias comunes, de biografía, como puedes intuir en No es mi primer vez, otro himno a descubrir para un músico crecido entre el público y que maneja como nadie las claves del directo. Como un encubierto director de orquesta. Como los grandes tímidos: un monstruo de la escena.
Personalmente es un seductor nato. Si le das pie aparece el conversador pasional. Ingenioso e irónico. Pero es, como su música, orgulloso y frágil. Entre Pascal y gallego con esa duda metafísica tan atlántica. Un tipo humilde que oculta su tremenda superioridad moral y musical. Una precoz erudición que apenas desvela en entrevistas especiales o en su círculo privado. Sabe que dejó atrás las veleidades del momento para revelarse atemporal. Es su gran apuesta y funciona. Atención: estamos ante un genuino corredor de fondo. Ha llegado no sólo para quedarse sino para ejercer de guía. Puede hacer cualquier cosa. Un gran disco de pop, de soul, de eléctrónica, de lo que le venga en gana. Lo ha demostrado. De momento sigue escribiendo fantásticos himnos pop y esto es solo el comienzo, seguro, de una autentico viaje infinito.

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