Ardiente y apasionado... ese es Vane Kattalakis
Eres de esas mujeres que tienen el autoestima baja?
Que cada vez que logras sentirte un poco mejor contigo misma, escuchas algún mequetrefe que hace alguna observación despectiva hacia las mujeres con algunos kilos de más?
Estas cansada de tener que cuidarte en lo que pides para comer cuando sales con algún chico por miedo a lo que piense él de ti?
Solo puedo decirte que existe un hombre, que amaría de ti esos kilos demás, que cuando salga a comer contigo te haría saber que su deseo es que te sientas satisfecha y que además te mire como si fueras el ser mas hermoso que ha visto en el planeta tierra...
Su nombre... Vane Kattalakis y aqui te dejo un fragmento de la novela en la cual él es el protagonista
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Aclaro, esta es solo una fracción insignificante del libro... Lo mejor lo dejo para que lo leas cuando lo tengas... El precio del mismo en Argentina es de $ 45
—¿Y entonces, que hacemos con la cena? —preguntó, intentando estar a medio camino entre el tímido y el poderoso. —¿Quieres que te dé un par de horas para que los trabajadores arreglen todo y luego vuelva?
Ella se mordió el labio. —No sé.
—¿Por favor?
Ella asintió, luego se ruborizó graciosamente.
Por alguna razón que no podía explicar, tenía ganas de aullar de triunfo. Él se estiró para alcanzar el vestido del perchero y tiró de la falda. —¿Podrías usar este? —preguntó esperanzado.
Bride lo miró dudando, pero la expresión en la cara de él hizo que ella lo tomara. Él había sido tan amable con ella hasta el momento...
—Sólo si juras que no te reirás de mí en él.
Su mirada la chamuscó. —Yo nunca me reiría de ti.
Ella tragó ante el feroz temblor que la atravesó por la profunda sinceridad de sus palabras. Él realmente era demasiado atractivo para su propio bien. —Bien. ¿A qué hora estarás de vuelta?
Él comprobó la hora en su teléfono de celular. —¿A las seis?
—Es una cita.
La satisfecha expresión en su cara envió una emoción desconocida a través de ella. Bride, no lo hagas. La última cosa que necesitas es de tener tu corazón roto por el Mr. Bodacious.
Tal vez él sería diferente.
O tal vez será peor.
Ella no lo sabría a no ser que se arriesgara.
Respirando profundamente, ella tomó el vestido de sus manos. Bride McTierney nunca había sido una mujer tímida. De vez en cuando había sido estúpida, como cuando había dejado a Taylor usarla, pero nunca cobardemente.
Bride enfrentaba la vida y ella no iba a tener el miedo con Vane. —A las seis en punto —repitió.
—Te veré a esa hora —dijo Vane. Él se inclinó y le dio un beso sumamente casto sobre su mejilla.
Aún así, esto la excitó casi tanto como una caricia verdadera. Bride lo miró mientras salía de su tienda.
Afuera, él en realidad hizo una pausa para mirarla de nuevo y sonreírle antes de ponerse sus gafas de sol.
Silbando ante la espléndida visión de él, ella miró como encendía su moto, luego la sacaba de la acera, hacia la calle.
—Oh por favor, Vane —susurró ella sin aliento—. No rompas mi corazón, también.
Bride llevó el vestido al probador e hizo todo lo posible para no recordar lo bien que se veía Vane desnudo allí. Lo bien que lo había sentido dentro de ella. La imagen de suprema satisfacción sobre su cara mientras la mecía con cuidado entre sus brazos.
Ella colgó el vestido y fue a buscar los accesorios para complementarlo. No sabía a donde iba a llevarla, pero iba a lucir de lo mejor, aunque eso la matara.
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