Igualdad de derechos para todos - Por Natalia Guaymas
Una vez más Natalia Guaymas me ha dejado sin palabras al expresar por escrito un pensamiento que comparto en su plenitud, relacionado con los derechos de los seres humanos y la función del estado...
Por eso Aqui les dejo lo que ella publico en su Facebook
No se puede pensar en una libertad plena si no se piensa en la igualdad absoluta de todos los hombres y mujeres en cuanto a sus derechos. Derecho a la libertad, a la dignidad, la expresión, la decisión.
El derecho primario de todos de amar y ser amados, no se puede concebir un Estado como tal si priva a una porción de sus ciudadanos de cualquiera de estos derechos; desde nuestras generaciones predecesoras se ha forjado una nación soberana y la misma en ninguna instancia puede prosperar en un marco de negación y desigualdad, cada individuo debe gozar de su libertad de culto, imagen, trabajo y sexualidad.
En el marco de este derecho tan primario e inherente al ser humano, no podemos desprendernos de las mismas condiciones naturales que subyacen a la libre elección, contrario a lo que intentan imponer los sectores más conservadores de la sociedad y la iglesia, los seres humanos no estamos programados para emparejarnos entre hombres y mujeres, estamos programados para amar y hemos luchado durante siglos por que se nos reconozca el derecho a expresar nuestro amor más allá de cualquier identidad sexual que asumamos, una elección tan vital, tan intrínseca a nuestra propia naturaleza que nos diferencia del resto de los animales en pos de ser la única especie con capacidad de discernimiento. ¿Cómo podría en cualquier caso considerarse anti-natural? No hay que confundirnos, lo único que atenta contra nuestra naturaleza es obedecer cualquier pauta social que contradiga lo que nuestra voluntad nos dicte; más aún cuando cuando nuestra voluntad no atenta contra el bienestar, la vida ni la dignidad de ningún par; sencillamente se vincula a la posibilidad de ser libres en el campo del amor; el amor verdadero, el más pleno y puro, el que en esencia está vinculado con nuestra libertad y deseo; por ende cualquier institución que atente contra nuestra libertad sexual, no está sino atentando contra el verdadero amor, contra la semilla más primaria de la germinación de nuestra humanidad. Eso somos: Humanos; amamos, decidimos, luchamos; siempre y cuando se nos garantice que podemos hacerlo, y de lo contrario siempre debemos estar dispuestos a prestar batalla en pos de conquistar estos derechos que fueron impresos en nuestra naturaleza, en cada célula de nuestro cuerpo.
No hay comentarios.:
Hola... Me interesa conocer tu opinión. Gracias por comentar